Endika Martínez ha sido el último en llegar al staff del Kiroleta. Desde hace dos ediciones se encarga de elaborar las notas de prensa y atender a los medios de comunicación tanto en la presentación del Torneo como en el día a día. También es habitual verle colándose en las pistas cámara en mano para obtener las mejores instantáneas de los jugadores, además de colaborar en el montaje de lonas, pistas… Todo el día le veréis enganchado a la cámara o al portátil.
¿Cuál es tu labor durante la semana del Torneo?
El trabajo empieza un par de semanas antes con la elaboración de la revista y la preparación de la rueda de prensa de presentación que hacemos en el Hotel Carlton. Durante el torneo mi principal labor es la de redactar noticias para la página web y escribir las notas de prensa para que la información llegue a los medios. A media tarde me suele gustar ir a tomar fotografías de todos los partidos que puedo, y ya a última hora me encierro en la oficina para preparar los textos. Estoy negociando con Igor para que este año me deje hacer de ‘speaker’ otra vez.
¿Y qué tal se portan los medios con nuestro Torneo?
No nos podemos quejar. A la presentación siempre acuden periodistas de los principales periódicos, teles y radios de Bizkaia: El Correo, Deia, Mundo Deportivo, As, El Desmarque, Tele 7, Radios Euskadi, Cadena Ser… dan información diaria del torneo y hay que estar agradecidos.
¿Cuál es tu primer recuerdo del Open?
Mi relación con el Open comenzó en 2008 ya que como periodista me tocaba ir a cubrir las ruedas de prensa de presentación del Torneo que organizaba mi amigo Jon Hernández, anterior responsable de prensa del torneo. Y ya en 2011 me cedió las riendas y pude entrar de lleno en esta acogedora familia del tenis y del Open Kiroleta
En las dos ediciones que te has vivido ¿ya hay lugar para anécdotas?
¡Sí las hay, sí!, además para mí que estaba un poco ‘verde’ en lo que tiene que ver con la organización de un torneo de tenis de esta categoría. En mi primera tarde en la oficina del torneo Txus tuvo que salir a hacer un recado y me quedé yo solo atendiendo las peticiones de los jugadores a la hora de encordar las raquetas. No sabía por dónde me daba el aire y no les entendía cuando me decían la tensión que querían en las cuerdas… al final les acabé mandando a dar una vuelta y que volvieran en otro momento.
Ese año también algún tenista italiano cogió confianza muy pronto. Todo empezó por “déjame consultar un mail” y acabó cogiendo vuelos, mirando el Facebook y hasta chateando con sus amigos… Eso, sí, en un tono muy educado.
¿Cuál es el momento más especial?
Al margen de todo lo que tiene que ver con disfrutar del juego de las grandes promesas del tenis… yo que me quedo con el ambiente que se vive en la oficina: las anécdotas de Mike, los comentarios futbolísticos caparrosianos de Txami, los boleros de Txus… un montón de cosas que hace que se pase la semana sin uno darse cuenta.
¿Y algún momento de nervios?
No me tocó vivirlo en propias carnes, pero sí recuerdo la cara de preocupación de varios de mis compañeros en el tercer set de la final del 2011 entre Coco y Grassi ante la posibilidad de quedarnos sin luz natural en la central y tener que cambiar de pista. ¡Yo en vez de sufrir me lo estaba pasando en grande con aquel partidazo que en el segundo set se decidió por 19-17 en el tie break!
¿Qué es lo más gratificante?
A parte de la convivencia diaria con el staff, creo que es muy enriquecedor el ambiente que se vive en el club durante toda la semana. Se respira tenis por todos los costados y tenemos la posibilidad de charlar y convivir con jugadores llegados a Bakio desde lugadores del mundo tan dispares como Venezuela, Australia, Venezuela, Estados Unidos o Togo.
También destacaría el momento brindis con la botellita de txakoli que solemos hacer después de recoger todo el material y dejarlo listo para el año que viene. Es un momento agridulce, por un lado gratificante al comprobar que tras mucho trabajo todo ha salido bien, pero también triste porque esa semana que llevas tiempo esperando, se ha pasado ya hasta el año siguiente.
Otra de las cosas que más me gusta es la ilusión que ponen los chavales y recogepelotas para echar una mano en todo lo que pueden… eso sí, son chic@s list@s y después del duro trabajo siempre se pasan por la oficina a pedir un Powerade de recompensa.
¿Te parece un ‘pequeño gran torneo’?
La verdad es que me llamó la atención la primera vez que lo escuché, pero creo que esa filosofía se cumple a las mil maravillas. Con los recursos económicos y humanos que tenemos intentamos sacar el máximo.