José Antonio Fernández es el ‘hacker’ del Open Kiroleta. Desde hace más de una década se encarga de gestionar todo lo que tenga que ver con las redes sociales para conseguir que la actualidad del torneo pueda seguirse desde todos los lugares del Planeta. Facebook, Twitter (@openkiroleta), Google+ y demás mundos cibernéticos pasan por sus manos. Además, fuera del mundo virtual, se ocupa de rotular las pistas, marcadores y el cuadro de competición, además de echar una mano en lo que haga falta.
Eres uno de los veteranos del staff, ¿cómo fue tu llegada al Open?
En el 2002 realicé la primera web del torneo, recuerdo que por problemas de fechas no pude estar presente, Igor me enviaba todos los días la información y fotografías para publicarlas en la web.
Vivimos en la época de las redes sociales y de la comunicación ¿Qué tal se ha adaptado este torneo a las nuevas tecnologías?
La verdad es que le intentamos prestar mucha atención a este aspecto. Estamos presentes en Facebook y Google+, en donde colgamos fotos y noticias, además de Twitter, donde se pueden saber los resultados de los partidos nada más terminar. Uno de nuestros puntos fuertes es esta página web, que actualizamos a diario durante el torneo con imágenes y crónicas de la jornada.
¿Alguna anécdota?
Pues en 2009 un grupo activista turco nos hackeó la web. Lo hicieron por la noche y a primera hora de la mañana ya estaba solucionado, por lo que prácticamente no se enteró nadie… pero es una de las cosas más curiosas que nos ha pasado en el Open durante todos estos años.
Ni el Kiroleta se salva del ciberactivimismo…
Al margen de esto también ha habido algún momento de apuro, cuando en 2008 íbamos a publicar las fotos de la final metimos el USB al ordenador… ¡y no funcionaba! Tuvimos que buscar a todo correr a Koldo, el fotógrafo de ese año, y pudimos solucionarlo con un viaje exprés de Bilbao a Bakio.
Más allá de pequeños problemas tecnológicos, ¿de qué edición del Torneo te acuerdas especialmente?
Quizá me quedo con la de 2007, por ser el año que dimos el salto de ser un torneo Nacional a uno Futures. El cambio supuso un reto y un esfuerzo considerable.
Son 8 días de intenso trabajo ¿Qué es lo más gratificante?
Al margen de lo que es la competición en sí, la verdad es que es un lujo poder trabajar una semana al año con un grupo así y en un entorno como Bakio. Creo que es un ‘pequeño gran torneo’ por un conjunto de cosas: El equipo de trabajo, el club, Bakio, los patrocinadores…. en relación calidad/precio si se pueden aplicar estos términos, aunque sea metafóricamente, el Open brilla a gran altura.