Entrevista en el Correo a Iván Martínez
El juez santurtziarra y directivo del club Kaialde asciende a la máxima categoría del arbitraje internacional, «un sueño hecho realidad»
Se contagió de la «pasión» de su profesor por el arbitraje. Así comenzó la andadura profesional del santurtziarra Iván Martínez, árbitro internacional de tenis recientemente ascendido a categoría Plata, una distinción que le permite actuar como supervisor o juez árbitro, la máxima autoridad en una competición de tenis en torneos internacionales profesionales. Aún ronda la treintena y el también directivo del club Kaialde de tenis, en Santurtzi, al que se dedica en cuerpo y alma, tiene ya la capacidad de encargarse de un torneo completo, entrando en pista cuando los jugadores apelan una decisión de reglas tomada por los demás jueces o cuando sucede alguna situación grave. Un logro conseguido el pasado mes de mayo en Hamburgo al superar el Nivel 3, el máximo del arbitraje internacional.
– ¿Cómo ha llegado un árbitro santurtziarra tan lejos?
– En 2008, un grupo de amigos fundamos el club Kaialde y, como era necesario un árbitro nacional para organizar torneos, me apunté a un curso en Bilbao. Javier López, mi profesor, me contagió su pasión; descubrí lo bonito que era el arbitraje y poco a poco fui trabajando en más torneos. Tras superar varios procesos de selección, en 2012 obtuve la Chapa Blanca en Londres y hace unas semanas logré la Chapa Plata en Hamburgo.
– ¿Qué es o qué ha sido clave para llegar hasta esta categoría?
– El apoyo de los compañeros. Al principio nadie se imagina subiendo en el arbitraje y el buen ambiente con los demás árbitros es lo que te lleva a querer ir a los torneos, además del reto que supone nuestro trabajo, por supuesto.